miércoles, 26 de septiembre de 2007

jueves, 13 de septiembre de 2007

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Clima

El tipo de clima del Parque Nacional El Palmar se caracteriza por ser lluvioso y de templado a cálido, húmedo en todas las estaciones, con verano caluroso e invierno no muy frío. Los datos meteorológicos son tomados por la estación más próxima, que es la que posee el Instituto Nacional de Tecnología Agraria (INTA) en la ciudad de Concordia.
Los vientos predominantes son los del noroeste, este y sudeste; les siguen en importancia los del sur y el norte, en tanto los que soplan del oeste son muy escasos.
Las precipitaciones están distribuidas en forma más o menos uniforme a lo largo del año, con un promedio cercano a los 1.300 mm. Su pico máximo se produce en los meses de primavera y verano y el mínimo en invierno, especialmente durante el mes de agosto. Según las mediciones realizadas en la década de 1980-1990, las heladas se producen entre los meses de mayo y septiembre.
La humedad relativa media anual es del 75% y, aunque las precipitaciones son más frecuentes en verano, la estación invernal es más húmeda que la estival, debido al menor período de insolación del invierno, sumado a la disminución de la intensidad de los rayos solares.
Cuando se habla de clima, los cuadros, gráficos y climatogramas expresan la realidad más claramente que las palabras; a continuación se muestran estadísticas climáticas de la zona:

Relieve


El relieve entrerriano presenta un paisaje de llanura sedimentaria originado en la erosión, levemente ondulada, de alturas no superiores a los 100 metros. Estas alturas, mal llamadas cuchillas, son en realidad lomadas que constituyen una prolongación del relieve de Corrientes y que al ingresar a la provincia se divide en dos brazos: el occidental o de Montiel, de dirección sudoeste y que llega hasta las cercanías del arroyo Hernandarias y el brazo oriental o Grande, que desde el sudeste llega hasta el sur del departamento Uruguay. Estas lomadas determinan la divisoria de aguas: las pendientes hacia el río Paraná y hacia los ríos Uruguay y Gualeguay.
Además de estas lomadas, existen tres prolongaciones de dirección Norte - Sur, entre los arroyos Nogoyá y Clé; otro, entre éste y el río Gualeguay y por último, otro, entre el río Gualeguay y el Gualeguaychú.
En la zona de Diamante, Victoria y Gualeguay, las lomadas dan al paisaje un aspecto de toboganes gigantes.
La base de la llanura sedimentaria es de origen precámbrico, sobre cuya superficie se fueron depositando los sedimentos afectados por movimientos epirogénicos, especialmente por formaciones del período Cenozoico con ingresiones marinas del Mioceno-Plioceno y del Holoceno.

Paseos





El visitante al llegar al Parque Nacional "El Palmar" recorre primero el sendero vehicular de la Portada. Este sendero constituye el camino de acceso y une el portón de ingreso, sobre Ruta Nacional Nº 14, con el sector de administración y camping del Parque.
Por este camino también se puede acceder al sendero de La Glorieta, que se puede recorrer en automóvil y que conduce a uno de los miradores panorámicos más espectaculares. Desde este mirador, que es una vieja cantera, se aprecia el contraste entre los palmares y la selva en galería del Arroyo El Palmar. El mirador sirve de puerta de ingreso a un sendero peatonal de unos 800 metros que se interna en una selva rica en vegetación y llega hasta la orilla misma del Arroyo Palmar. Este recorrido brinda una de las mayores oportunidades de avistar algunos ejemplares de la fauna silvestre, en especial muchas especies de aves.
A partir del sector de la Administración, junto al río Uruguay, se puede ingresar al sendero pedestre que llega hasta la desembocadura del Arroyo de Los Loros y continuando el sendero El Mollar. Este último se denomina así por la cantidad de árboles denominados molles que se encuentran en el lugar.
Otros recorridos incluyen visitas a las ruinas históricas y/o carnavales.
Gualeguaychú en los meses de Enero, Febrero y Marzo estalla con toda la alegría y risa contenidas durante el año. Las noches se transforman en un espacio de expresión y liberación tanto para los lugareños como para los visitantes.